Más de 190 países aprueban tratado global contra pandemias
- Redacción
- 16 abr
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La OMS lidera la adopción de un histórico acuerdo internacional para prevenir y enfrentar futuras crisis sanitarias, buscando evitar errores del pasado y garantizar equidad global.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) logró un acuerdo histórico: 194 países miembros aprobaron el primer tratado global para mejorar la preparación, prevención y respuesta ante futuras pandemias. La firma del tratado llega tras más de tres años de negociaciones impulsadas por los estragos que dejó el COVID-19 y con la intención de evitar los errores del pasado.
El tratado no es jurídicamente vinculante, pero propone una serie de lineamientos y compromisos multilaterales. Entre sus puntos clave están:
Compartir información de forma oportuna y transparente sobre brotes emergentes.
Asegurar acceso equitativo a vacunas, tratamientos y recursos médicos esenciales.
Fortalecer los sistemas de salud públicos y la producción local de insumos médicos.
Prevenir el acaparamiento de recursos por parte de los países más ricos.
Invertir en investigación y capacitación sanitaria conjunta.
Según la directora de preparación de emergencias de la OMS, Gabriela Cuevas, el tratado busca corregir "la desigualdad global" evidenciada durante la pandemia por COVID-19, cuando países ricos acapararon vacunas mientras otras regiones quedaron rezagadas.
Aunque algunos gobiernos manifestaron dudas sobre si este tratado podría comprometer su soberanía, la OMS ha dejado claro que no se impondrá legislación ni decisiones sanitarias internas. El documento busca establecer una red de cooperación basada en la confianza y el intercambio mutuo de capacidades.
En declaraciones a El País, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, aseguró que “ningún país puede enfrentar solo una pandemia”. Reiteró que este acuerdo es una herramienta vital para prepararse colectivamente ante lo inevitable: una nueva emergencia sanitaria global.

Países como México, Argentina, Brasil, Colombia y Chile respaldaron firmemente el tratado. Durante la cumbre, México subrayó la necesidad de proteger a las poblaciones más vulnerables y evitar la repetición de los fallos logísticos que dejaron a millones sin vacunas en los primeros meses del COVID-19.
Por su parte, Brasil celebró la inclusión de cláusulas que permiten fortalecer la producción local de insumos médicos, reduciendo la dependencia internacional.
Estados Unidos aprobó el texto, pero con reservas. El gobierno estadounidense dejó claro que sus compromisos estarían sujetos a aprobación legislativa interna. Algunas organizaciones civiles, como Health Sovereignty Watch, criticaron que muchas disposiciones del tratado sean voluntarias, lo cual podría limitar su efectividad.
China también expresó inquietudes sobre el monitoreo internacional de brotes dentro de su territorio, aunque terminó suscribiendo el documento con comentarios de interpretación.
El tratado será presentado formalmente durante la próxima Asamblea Mundial de la Salud en mayo, donde se abrirá a la firma de jefes de Estado. Los países podrán adherirse de manera progresiva.

Aunque no tiene carácter vinculante, se espera que el tratado sirva de hoja de ruta para futuras reformas en la gobernanza sanitaria global, especialmente en la revisión del Reglamento Sanitario Internacional (RSI).
Fuentes: ABC Salud, El País, Infobae, OMS, Aristegui Noticias, La Prensa Gráfica, Proceso Digital
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